Abel Barreto
04 Sep - 04 Oct 2009
"Decibeles"
Decibeles (2009) extiende la elección hacia zonas de la imagen y del sonido y muy especialmente hacia las ambigüedades que esta relación sostiene.
En otro nivel de lectura, Abel Barreto proyecta la desaparición del sonido en una dimensión histórica y social. Acumulaciones de bocinas, regularmente acopladas en una bola esférica (Implosión, 2009), tipifican uno de los conflictos filosóficos de la humanidad respecto al verdadero conocimiento y su masificación. El silencio termina por trascender el espacio sensorial para adentrarse en las zonas de lo simbólico e intelectivo.
Barreto oculta el sonido en posibles “formas bellas”, en ocasiones, mutila su espíritu, lo convierte en escenificación de sí mismo. Es entonces cuando, en la no funcionabilidad de un piano de poliuretano, en la secuencia de bocinas ceñidas por almohadas volvemos a sentir la impronta que nos legó una obra como El grito de Munch: aunque no oímos nada, tenemos la certeza de escuchar algo.
Darys J. Vázquez Aguiar
Ciudad de La Habana, 2009.
Decibeles (2009) is an open door to the choice of the image and sound, mainly to the ambiguity established in the existing relationship of both concepts.
In a different level of interpretation we may set that Abel Barreto projects the sound disappearance within historical and social dimensions. An amount of speakers, regulary connected in ball shape (Implosion, 2009), shows one of the philosophical conflict of humanity concerning the real knowledge and the overcrowding. Silence goes beyond the sensitive space to get into the lands of symbolism and intellect.
Barreto hides the sound under “beautiful shapes”, occasionally mutilating his spirit turn all of this in a performance of itself. Then we can see that in a broken and dysfunctional piano and in a row of speakers supported by pillows we can revive a sense of greatness that only is supplied by The Scream by Munch and its immortal legacy, though we can not hear anything we certainly perceive something.
Darys J. Vázquez Aguiar
Ciudad de La Habana, 2009.
Decibeles (2009) extiende la elección hacia zonas de la imagen y del sonido y muy especialmente hacia las ambigüedades que esta relación sostiene.
En otro nivel de lectura, Abel Barreto proyecta la desaparición del sonido en una dimensión histórica y social. Acumulaciones de bocinas, regularmente acopladas en una bola esférica (Implosión, 2009), tipifican uno de los conflictos filosóficos de la humanidad respecto al verdadero conocimiento y su masificación. El silencio termina por trascender el espacio sensorial para adentrarse en las zonas de lo simbólico e intelectivo.
Barreto oculta el sonido en posibles “formas bellas”, en ocasiones, mutila su espíritu, lo convierte en escenificación de sí mismo. Es entonces cuando, en la no funcionabilidad de un piano de poliuretano, en la secuencia de bocinas ceñidas por almohadas volvemos a sentir la impronta que nos legó una obra como El grito de Munch: aunque no oímos nada, tenemos la certeza de escuchar algo.
Darys J. Vázquez Aguiar
Ciudad de La Habana, 2009.
Decibeles (2009) is an open door to the choice of the image and sound, mainly to the ambiguity established in the existing relationship of both concepts.
In a different level of interpretation we may set that Abel Barreto projects the sound disappearance within historical and social dimensions. An amount of speakers, regulary connected in ball shape (Implosion, 2009), shows one of the philosophical conflict of humanity concerning the real knowledge and the overcrowding. Silence goes beyond the sensitive space to get into the lands of symbolism and intellect.
Barreto hides the sound under “beautiful shapes”, occasionally mutilating his spirit turn all of this in a performance of itself. Then we can see that in a broken and dysfunctional piano and in a row of speakers supported by pillows we can revive a sense of greatness that only is supplied by The Scream by Munch and its immortal legacy, though we can not hear anything we certainly perceive something.
Darys J. Vázquez Aguiar
Ciudad de La Habana, 2009.